jueves, 27 de octubre de 2011

EL SOBREPUERTO

Dejando atrás los Pagos Tensinos, y penetrando ya en Tierras de Serrablo, pronto saltan a la vista los altos y encumbrados Territorios de Sobrepuerto, cuyos Pueblos y montes forman parte tanto de Serrablo como de la vecina Comarca de Sobrarbe. Accesible desde Oliván o desde Yebra de Basa. Iremos ascendiendo paulatinamente, siguiendo caminos, y rapidamente se descubrirán las peculiaridades y las formas de vida, propias que desarollaron sus antiguos Pobladores, y que configuraron el modo de ser de tan especial microespacio. Sus habitantes estaban perfectamente asociados al medio circundante. Tenían que depender de su propio esfuerzo, de su sudor en un escenario duro y abrupto, y sin embargo, bello e indescriptible.
Nos acercamos a Barbenuta, situado encima de Orós con acceso desde Gavín. Pueblo que perdió en tiempos sus habitantes, pero que ahora está recuperando Población y Edificios. Atesora buenas muestras de Arquitectura popular, como Balconadas, Chimeneas, Bordas, Lavadero y su Iglesia del Siglo XVII.
Encima de Oliván, y situado en un Balcón natural que mira sobre el Valle del Gállego, emerge Susín, el primer lugar para disfrutar del Sobrepuerto. Tres Casas y una Herrería y sus calles empedradas que nos conducen a la Ermita de la Virgen de las Eras. Destaco la Casa Mallau, magnífico ejemplo de Casa-Patio con una soberbia fachada, donde se insertan la Portada dovelada con su Escudo Nobiliario. En el interior destaca su Hogar-Cocina, también un gran Lagar de Vino.
Volviendo sobre nuestros pasos, y prosiguiendo el camino que conduce al Barranco de Oliván, enseguida se aprecia la silueta de Berbusa, Pueblo de antaños Carboneros, enclavado en la orilla opuesta. Escasamente quedan en pie dos Casas, en un mar de ruinas o de muros a punto de caerse totalmente; Portalones solitarios como único vestigio de entrada a los Patios de las Casas, Bordas junto a las Eras que aún conservan su primitivo aspecto. Seguimos camino y llegamos a los altos enclaves de los Campos y las Casas de Ainielle, pudiéndose apreciar durante el recorrido vistas incomparables. El Pueblo nos ofrece una estampa única y sirvió de modelo y argumento, de entre los muchos casos de Pueblos abandonados. Recomendamos leer un Libro, el de Julio Llamazares, llamado "La lluvia amarilla", que entre retazos de realidad y ficción, cuenta los últimos momentos de vida de este bello Núcleo poblacional. Todavía se puede ver algún Espantabrujas, también Bordas y Cuadras ya muy deterioradas. Su Iglesia fue construida entre los Siglos XVII y XVIII.
Desde el Collado de Ainielle se divisan los otros Pueblos también del Sobrepuerto, como Escartin y Otal.
En definitiva, Pueblos y Aldeas que forzosamente tuvieron que ser abandonadas por sus Moradores en busca de una vida mejor para poder subsistir. Lo digno de todo esto estriba en que aunque estos Núcleos tuvieron que ser abandonados, no se dejen morir.

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