Un Jardín de Agua. El Paraje Natural
de Monasterio de Piedra, es con toda probabilidad, uno de los más
conocidos y visitados de España. Situado a 25 kilómetros de Calatayud.
Me pregunto que pudo llevar a unos Monjes Cistercienses del Monasterio de Poblet, allá por el año 1.164, a cambiar su sosegada existencia por una vida incierta y recondita en este Tajo perdido en medio de la Nada.
No obtuve respuesta, y los restos del Antiguo Monasterio no aclaran las dudas. El Conjunto Monástico entro en un Período de decadencia con la salida, más bien forzosa, de sus Moradores en 1.835, de resultas de la Desamortización de Mendizabal. Los Monjes se vieron obligados a abandonar el Cenobio. Quedo entonces solitario hasta que 15 años más tarde la Familia Muntadas compro el Edificio y luego lo acondicionó, en parte como Hotel. Por eso el antiguo Espacio de Retiro Espiritual tiene hoy dos caras. Una, la del Hospedaje en viejas Celdas convertidas en cómodas Habitaciones; otra, la de las Ruinas Góticas, Renacentistas y Barrocas fundidas en un maravilloso Hábitat.
Los años 1.218 y 1.835 quedarán grabados en la Historia del Monasterio como aquéllos que abrieron y cerraron su Historia de vida útil. Desde el día en que Don Ximeno Martínez entró en el Convento como Primer Abad hasta aquél fatídico para nuestro Patrimonio Arquitectónico en que se aprobó la Ley de Desamortización de Mendizabal, en el Monasterio de Piedra se combinaron los Tiempos de Vino y Rosas con otros señalados por el desatino. Como ejemplo de este último caso sirvan las Obras que a mediados del siglo XVIII, quizá creyendo seguir Pautas del buen gusto, desfiguraron el Templo bajo Capas de Yeso, Cornisas y Angelotes. Por suerte queda todavía hoy en pie la Torre del Homenaje, de Planta Cuadrada, los Calaustros Inferiores con sobrias Arcadas. La Cocina, el Refectorio, la Sala Capitular y parte de la Monumental Iglesia. En su Cripta Subterránea permanecen enterrados desde 1.617, respetando un riguroso Orden de Sucesión, los Abades que tuvo el Monasterio.
Me pregunto que pudo llevar a unos Monjes Cistercienses del Monasterio de Poblet, allá por el año 1.164, a cambiar su sosegada existencia por una vida incierta y recondita en este Tajo perdido en medio de la Nada.
No obtuve respuesta, y los restos del Antiguo Monasterio no aclaran las dudas. El Conjunto Monástico entro en un Período de decadencia con la salida, más bien forzosa, de sus Moradores en 1.835, de resultas de la Desamortización de Mendizabal. Los Monjes se vieron obligados a abandonar el Cenobio. Quedo entonces solitario hasta que 15 años más tarde la Familia Muntadas compro el Edificio y luego lo acondicionó, en parte como Hotel. Por eso el antiguo Espacio de Retiro Espiritual tiene hoy dos caras. Una, la del Hospedaje en viejas Celdas convertidas en cómodas Habitaciones; otra, la de las Ruinas Góticas, Renacentistas y Barrocas fundidas en un maravilloso Hábitat.
Los años 1.218 y 1.835 quedarán grabados en la Historia del Monasterio como aquéllos que abrieron y cerraron su Historia de vida útil. Desde el día en que Don Ximeno Martínez entró en el Convento como Primer Abad hasta aquél fatídico para nuestro Patrimonio Arquitectónico en que se aprobó la Ley de Desamortización de Mendizabal, en el Monasterio de Piedra se combinaron los Tiempos de Vino y Rosas con otros señalados por el desatino. Como ejemplo de este último caso sirvan las Obras que a mediados del siglo XVIII, quizá creyendo seguir Pautas del buen gusto, desfiguraron el Templo bajo Capas de Yeso, Cornisas y Angelotes. Por suerte queda todavía hoy en pie la Torre del Homenaje, de Planta Cuadrada, los Calaustros Inferiores con sobrias Arcadas. La Cocina, el Refectorio, la Sala Capitular y parte de la Monumental Iglesia. En su Cripta Subterránea permanecen enterrados desde 1.617, respetando un riguroso Orden de Sucesión, los Abades que tuvo el Monasterio.
El Entorno Natural del Viejo Retiro Monacal fue cincelado por dos manos bien diferentes; la del Río Piedra y la del hombre.
El Primero tallo Rocas y sembro Vegetación. El Segundo puso Barandillas
y Caminos Marcados. Y también hay que decirlo, la Taquilla de Entrada.
Durante el Paseo conviene estar ¡ojo avizor! para no perderse las continuas idas y venidas de Aguilas, Búhos y Gavilanes. Son Aves que confiadas en la Protección que les brinda el Parque, anidan en el roquedo opuesto a los Miradores. Lo he visitado en más de una ocasión y siempre me quedo perplejo ante tal Magnitud. Buscar un poquito de tiempo, vuestro Espíritu os lo agradecera.
La Piedra presta Nombre al Río, suelo al Parque y Pared al Viejo Monasterio. Acaso hoy día se pregunte el Viajero o Peregrino si los Monjes no caerían en Pecado de Soberbia al elegir este Paraje como Solar de su "RETIRO"
Durante el Paseo conviene estar ¡ojo avizor! para no perderse las continuas idas y venidas de Aguilas, Búhos y Gavilanes. Son Aves que confiadas en la Protección que les brinda el Parque, anidan en el roquedo opuesto a los Miradores. Lo he visitado en más de una ocasión y siempre me quedo perplejo ante tal Magnitud. Buscar un poquito de tiempo, vuestro Espíritu os lo agradecera.
La Piedra presta Nombre al Río, suelo al Parque y Pared al Viejo Monasterio. Acaso hoy día se pregunte el Viajero o Peregrino si los Monjes no caerían en Pecado de Soberbia al elegir este Paraje como Solar de su "RETIRO"
CALATAYUD: LATITUD: N41º21.112' / LONGITUD: W001º37.322'
MONASTERIO PIEDRA: LATITUD: N41º12.120' / W001º47.472'
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