viernes, 7 de marzo de 2014

CIUTADELLA EN CALMA



La belleza y el buen ambiente de la antigua capital menorquina acogen al visitante. Pocas ciudades emanan tanta serenidad como Ciutadella. Esta es la primera sensación que se percibe al pasear por su entramado urbano, un tejido de callejuelas en las que el sol entra casi como pidiendo permiso. En cambio, al visitar sus playas el sol entra y da con dureza.
Visitaremos la calle porticada de Sos Voltes, la más comercial del núcleo antiguo, examinan las paradas del mercado de pescado y de fruta y verduras de la plaza Llibertat, un mercado con vestigios del mundo árabe. El viajero enseguida comprobará que aquí la vida transcurre con calma, una cadencia distinta a la de las grandes ciudades. Os aconsejo que paséis por el puerto al atardecer, con el ayuntamiento iluminado como telón de fondo. 
Durante siglos, Ciutadella fue una isla dentro de una isla. Una ciudad fortificada siempre dispuesta a defenderse de cualquier invasor exterior. Pasearemos por sus tres avenidas, ellas dibujan el perímetro de lo que fueron sus antiguas murallas, sólo se conservan dos bastiones. El casco antiguo, callejuelas intrincadas flanqueadas de tiendas de artesanía y deliciosas pastelerías forman un núcleo urbano que apetece recorrer.
Una sensación especial al llegar a la plaza de la Catedral, un espacio irregular embaldosado con piedra y adoquín y con la perspectiva suficiente para dejarse embriagar con la visión de este templo del Siglo XIV. 
Ciutadella, es ciudad noble, mediterránea, serena, orgullosa y al mismo tiempo respetuosa con el pasado. Un pasado que se adivina en todas partes, en el obelisco del centro de la plaza en recuerdo de la invasión turca de 1558; en el edificio del ayuntamiento, antiguo alcazar, en los palacios Torre Saura y Salord, estandartes de la aristocracia surgida en el Siglo XVII. 
No nos podemos olvidar de acudir a Cala Macarella. Las aguas turquesas de esta zona de la isla bañan playas tan bonitas cómo esta. Podemos acceder en coche tras pagar un pequeño canon. Punta Nati. Al norte de la ciudad esta la costa más solitaria, en la que destacan un faro, algunas construcciones rurales y kilómetros de pared seca.
No nos olvidemos, os acogerán con amabilidad. Hay una fiesta particular que dicen los lugareños que el año se divide entre un antes y un después de esta fiesta, para ellos es de una emotividad especial. La Qualcada, que se repita cada año desde hace más de setecientos años, el 23 y 24 de Junio, es una reconstrucción de la antigua sociedad rural de la Edad Media, en la que los caballos y sus jinetes son el centro de la fiesta, conjuntamente con los visitantes y la ginebra con limonada.

CONOCER MEJOR LA CIUDAD

SES VOLTES: Sus soportales abovedados. Es el centro comercial de la ciudad y en su recorrido los más golosos encontrareis numerosas pastelerías. 
CAN SALORD: Es el único palacio que se puede visitar. situado en la Calle Mayor, es una viva muestra de la vida de la nobleza en el Siglo XIX.
CATEDRAL: Sobre una antigua mezquita, tras la conquista de Alfonso III, en el Siglo XIV, se construyo este bonito templo de estilo gótico de una sola nave y seis capillas a cada lado.

CIUDADELA: LATITUD:  N40º00.005' / LONGITUD: E003º50.111'

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