sábado, 17 de mayo de 2014

VALLE DEL SAJA-NANSA Y SAJA-BESAYA







Dicen que Cantabria es infinita, yo diría que es acogedora por sus gentes y sus aldeas. 
Los valles formados por los ríos Saja y Nansa constituyen, sin duda, uno de los rincones más sorprendentes de Cantabria. Perduran sus tradiciones, transmitidas de padres a hijos, así se ha podido conservar un rico patrimonio cultural.
En la comarca, encontraremos una naturaleza donde los bosques se manifiestan con todo su esplendor. El parque natural Saja-Besaya, con sus 24.500 hectáreas ocupa una parte importante del territorio del gran valle. Encontrareis robles y hayas que dan cobijo a ciervos y jabalíes, corzos y zorros y especies que deberían de conservarse más, como son los grandes señores del bosque y la montaña: (Osos y Lobos)...
¿Donde pernoctar para poder disfrutar de esta belleza? Yo os aconsejo que os dirijáis a una aldea llamada Colsa, allí encontrareis una casa rural perfecta para disfrutar del silencio y la tranquilidad, sólo escuchareis vacas y caballos y el laboreo de los integrantes de la aldea. La casa es Apartamentos Colsa, os trataran como si fueseis de la familia.
Una vez tenemos donde alojarnos, nos dejaremos llevar por el Río Saja, que dibuja unos paisajes de contrastes, y cuya naturaleza se nutre de magia evocadora y raíces cántabras. Desde Cabezón de la Sal, hacia el Valle de Cabuérniga, ancho y espacioso. Subiremos al Puerto de Palombera, rodeando el Parque Natural Saja-Besaya, donde brañas y bosques de hayedos y castañares saldrán a saludaros.
Vamos a salir a dar paseos por la zona y descubriremos la magia del lugar en la Fuentona de Ruente, en el pueblo que lleva su nombre, cuenta la leyenda que habita un hada en sus profundidades. Entrar en el corazón del Parque y visitar uno de los pueblos más bonitos y evocadores de Cantabria, Barcena Mayor, Conjunto Histórico Artístico donde la piedra y la madera tallan la tradición arquitectónica del lugar. Aprovechar que visitáis el pueblo y entrar en una tienda de delicatessen llamada L'Abrigu, regentada por Eduardo, os atenderá de maravilla y os ofrecerá cosas verdaderamente exquisitas.
No podemos dejar de visitar el Museo Etnográfico de Cabuérniga, saciaran vuestra curiosidad en cuanto a costumbres, artesanía y naturaleza.
A un kilómetro aproximadamente de donde os he aconsejado pernoctar, esta el pueblo de Los Tojos, mucha vida para lo pequeño que es, ya que tiene dos restaurantes donde el trato es excelente. A mi, Amadeo, junto a su señora Higinia, padre y madre del gerente de la casa rural, unas personas encantadoras me aconsejaron un restaurante por su gastronomía, y la verdad que no defraudo. Acudir al Restaurante La Montañesa, si queréis degustar un buen cocido montañés y una excelente ternera, sin dejar de lado sus postres caseros que ponen la guinda a su buena cocina. 
Ya que estáis cerquita de su territorio, no podéis dejar de visitar la Cueva El Soplao, es una cavidad única por la abundancia y diversidad de sus formaciones excéntricas. Los expertos confirman que se trata de uno de los yacimientos de edad cretácica más importantes de Europa. Diversas recreaciones de luz y sonido harán de vuestra visita un excelente paseo. En vuestras piernas y deseo esta hacer esta visita más extensa y paseareis por su suelo original y zonas menos accesibles de la cueva. "Ir preparados"...

LOS TOJOS: LATITUD: N43º09.118' / LONGITUD: W004º15.112'


      

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